Plutón, el poder de renacer
Plutón es un planeta descubierto en el observatorio de Lowel el 21 de Enero de 1930, pero esto no fue algo fortuito, sino que ya en 1905 Percival Lowel y W.H. Pickering ya se habían percatado de las irregularidades en la órbita de Neptuno y este detalle les había hecho pensar en la existencia de otro planeta.
Inicialmente se le llamó el planeta X y posteriormente se le cambió el nombre a Plutón debido a una propuesta que llegó al observatorio tras la publicación del descubrimiento. El nombre lo puso una niña inglesa, Venetia Burney y como su propuesta fue la primera en llegar, pues simplemente se aceptó, así de fácil.
Simbología
Es el único planeta que tiene dos símbolos, uno de ellos es la combinación de la letra P y L que son las iniciales de Plutón y coinciden con las de Percival Lowel.
y este otro compuesto por un círculo, semicírculo y cruz.
El círculo representa la semilla o el espíritu que desciende a la conciencia, el semicírculo, para bajar más tarde a la materia, la tierra o el cuerpo físico. A la inversa sería el esíritu levantándose por encima del cuerpo y del alma, es decir, expresa claramente el principio de muerte y renacimiento que se le atribuye a Plutón.
Atravesando los límites
Plutón es un viaje hacia nuestros límites actuales y representa la posibilidad de trascenderlos una vez alcanzados e ir hacia una realidad más amplia.
Podría decirse que representa el límite de nuestra conciencia actual, el último círculo conocido, el rio que las almas de los muertos han de atravesar antes de llegar al otro mundo.
Representa la transformación, pues para pasar a un estado nuevo previamente hemos de morir a una determinada situación, nos despojamos de nuestra escala de valores, de nuestros criterios; Plutón desintegra todo aquello que no es útil para afrontar con éxito una situación nueva.
Nacemos desnudos y morimos desnudos y Plutón nos desnuda para poder ir más allá de lo que nos es familiar y conocido y pagamos el precio a Caronte para cruzar el Estigia, el precio de nuestros puntos de referencia habituales, nuestros puntos de apoyo, y que hasta el presente fue nuestra razón de ser, aquello con lo que nos hemos identificado. Y todo ese proceso de trasformación puede resultar doloroso pero para renacer, inevitablemente antes hay que morir.
A la mayoría de nosotros, Plutón nos coloca en un callejón sin salida, no tenemos muchas opciones para decidir por nosotros mismos, todo viene dado y no queda más remedio que aguantar lo mejor que se pueda la situación que acontezca.
Y a pesar de que estas pruebas representan una oportunidad de mejorar, la gran mayoría vemos las acciones de Plutón como algo maligno y la tendencia natural es querer escapar de la prueba y eso, obviamente, no está en nuestras manos.
Plutón saca a la superficie lo mejor y lo peor de nosotros mismos y si se canaliza esta energía hacia el Espiritu, nos ampliará la conciencia a tal punto que no volveremos a ser la misma persona, y a pesar de todo, la transformación habrá sido sutil, apenas imperceptible.
Si canalizamos la energía hacia lo material la manifestación de la energía Plutoniana es diferente y aquello que estaba oculto, bajo tierra, de pronto irrumpe a la superficie de manera abrupta y nos pilla desprevenidos y no sabemos ni cómo reaccionar.
Pocas son las personas que trabajan de manera consciente con las energías profundas de si mismos y para la gran mayoría, Plutón trabaja con ellos no como individuos sino como integrantes de un todo generacional, experimentando la misma suerte que los demás integrantes del grupo y en consecuencia con una ausencia total de control sobre los acontecimientos.
Plutón trae a la superficie todo lo que debe ser eliminado durante el proceso de regeneración, saca a la luz las facetas más ocultas de nosotros mismos, nos enfrenta a nuestra realidad y nos hace ver que en nosotros también existe la dualidad más básica. Somos buenos y malos a la vez, creamos y destruimos, ying y yang.
Y podemos percibir esta crisis como algo negativo, nuestro lado más oscuro y sin embargo, todo lo que Plutón hace emerger a la luz nos capacita para tomar decisiones trascendentales para nuestra vida futura, porque podemos tener la certeza de que el conocimiento extraido de las experiencias plutonianas es correcto.
Cuando aceptamos la realidad de que hay partes de nosotros o capítulos de nuestra vida que deben terminarse, o lo que es lo mismo, morir, entonces estamos preparados para que la potente energía de Plutón nos abra el camino a nuevas experiencias.
Obviamente, todo el conocimiento, toda la sabiduría que obtenemos de este proceso pertenece a la parte luminosa de Plutón.
Todos y cada uno de nosotros, en algún momento de nuestra vida, hemos experimentado la influencia de Plutón y nos hemos adentrado en las profundidades de nuestro ser y mientras la prueba ha tenido lugar, no ha habido ayudas, ni donde esconderse, hemos estado solos ante ese cruce del destino en el que hay que tomar una decisión y que nadie puede tomarla por nosotros sino que hemos tenido que ser nosotros mismos quienes hemos tenido que hacer frente a ello.
Hemos elegido o nos han forzado a elegir, y es que en realidad no importa demasiado porque después de dar el paso el sentimiento es de paz y serenidad. Ya no hay miedo al futuro y la confianza en nosotros aumenta una vez vamos dejando atrás viejos hábitos, o complejos, o incluso creencias estereotipadas o formas de pensamiento obsoletas. Y es en ese punto en el que nuestro corazón y mente se abren a ese renacer, a un nuevo comienzo llenos de felicidad.
Y es que en verdad, el trabajo de Plutón es del de liberarnos, por las buenas o por las malas, de las cadenas y ataduras que ya no le son útiles al Espíritu y aunque puede parecer un enemigo porque nos enfrenta a algún tipo de muerte, en verdad nos hace conscientes de la realidad y la eternalidad del Espíritu.
Plutón concentra, intensifica y va más allá de los limites. Si la situación es de fuerza entonces es de mucha mas fuerza y si la situación es de debilidad entonces es de mucha más debilidad. A Plutón le gustan los extremos y le encanta salirse de las normas y de lo ordinario para entrar al campo de lo extraordinario. No es inusual relacionarlo con todo lo fantástico o milagroso.
Con Plutón retrógrado tenemos la oportunidad de liberarnos de todo aquello que no es bueno para nosotros, nos enfrenta a las sombras para liberarnos de nuestros miedos.
Con Plutón directo, tenemos el poder de renacer en nuestras manos, cual Ave Fénix, tras atravesar las sombras y reconocer los miedos tenemos la oportunidad de regenerarnos, de renovarnos a niveles profundos, nos invita a dar el paso de desprendernos de lo que hay que dejar atrás para poder renacer.
¿Te ha gustado? Entonces tal vez quieras compartirlo con tus amigos o en redes sociales.