¿Qué se puede hacer en luna menguante? ¿Cómo me beneficio de ella?
La luna menguante la identificarás fácilmente en el firmamento porque tiene forma de “C” en el hemisferio norte y una “D” en el hemisferio sur. Antecede a la Luna Nueva y nos invita a dirigir toda nuestra energía hacia nuestro interior. En las plantas la salvia desciende a la raíz, todo baja su ritmo y es un momento ideal para revisar y reparar.

En el hemisferio norte, la Luna Menguante se ve con forma de “C”, es decir, con el lado iluminado hacia la izquierda.
De ahí viene el viejo dicho: “La C crece y la D decrece”, porque la C es menguante y la D es creciente.
En el hemisferio sur ocurre al revés: la Luna Menguante se ve como una “D”, con el lado iluminado hacia la derecha.
Esto sucede porque, desde el sur, observamos la Luna “al revés” en comparación con el norte, ya que el observador está invertido respecto al plano de la eclíptica.
Cuando la luna está menguante, reduce el volumen de la luz que refleja del sol, y los seres vivos completamos nuestro ciclo lunar. En este tiempo, podemos sentir que perdemos energía, que bajamos el nivel de actividad y necesitamos descansar más, dormir más, meditar más. Es una fase para replegarse, recapitular y simplificar.
Cuando la luna carece de luz, o va a medio gas, nuestra claridad también se reduce. Podemos sentirnos dispersos, pasar por alto detalles o cometer pequeños errores por falta de atención. Pero eso tiene un sentido profundo: la mirada deja de enfocarse fuera para dirigirse hacia el interior. Es el momento de escuchar la voz del alma y la intuición, porque ahí está la verdadera brújula que guía nuestros pasos cuando la razón se nubla.
Durante la luna menguante, la energía acompaña los procesos de depuración y liberación. Es ideal para soltar lo que ya no aporta, desprenderse de hábitos, pensamientos o relaciones que pesan. También para limpiar espacios, realizar rituales de purificación, o simplemente hacer lugar a lo nuevo. Es el tiempo de cerrar, concluir y soltar.
Al igual que la luna completa su ciclo, nosotros también podemos cerrar asuntos pendientes, reorganizar prioridades y poner orden. Y nada mejor que acompañar ese proceso con pequeños gestos conscientes que marquen el fin de una etapa y preparen el terreno para lo que vendrá con la Luna Nueva.
Limpieza y descarte: hogar, trabajo y energía personal
El proceso de limpieza no es solo físico: es simbólico y energético. Empieza en el entorno y termina en el alma.
Durante esta fase, todo lo que implique liberar espacio está favorecido: ordenar armarios, tirar papeles viejos, donar ropa, limpiar cajones, borrar archivos del ordenador o del móvil. Cada objeto que se va libera energía retenida.
En el trabajo, es buen momento para cerrar tareas, entregar informes pendientes, organizar el escritorio o revisar el correo acumulado. Cualquier acción que implique completar o depurar facilitará que el siguiente ciclo comience más liviano.
A nivel personal, el cuerpo también pide depuración. Se favorecen los ayunos suaves, los días de alimentación ligera, los batidos verdes, o simplemente aumentar el consumo de frutas, verduras e infusiones depurativas. No es época de sobrecargarse con dietas exigentes, sino de escuchar al cuerpo y ayudarle a eliminar lo que no necesita.
Las emociones, al igual que el cuerpo, también necesitan limpieza. Llorar, escribir, o simplemente reconocer lo que se siente sin juicio, son formas de liberar tensión. Este es el momento de perdonar, soltar y agradecer lo vivido.
En lo espiritual, los rituales de limpieza energética (baños de sal, inciensos, velas blancas, meditación) son especialmente efectivos. Puedes aprovechar para cortar lazos con el pasado o simplemente agradecer lo aprendido antes de cerrar el ciclo.
En el hogar
- Ordenar y limpiar a fondo. Vacía armarios, cajones y despensas. Deshazte de lo que no usas desde hace meses.
- Donar o regalar objetos. Dar una segunda vida a lo que ya no necesitas ayuda a mover la energía estancada.
- Eliminar lo roto o deteriorado. Los objetos dañados simbolizan bloqueos energéticos.
- Purificar con elementos naturales. Usa sahumerios, incienso, hierbas o aceites esenciales para limpiar el ambiente.
- Ventilar y renovar el aire. Abrir las ventanas cada día permite que entre energía fresca.
- Cambiar pequeños detalles. Reubica muebles o añade flores frescas para renovar la vibración del espacio.
- Limpiar los espejos y cristales. Ayuda a clarificar la energía mental y emocional.
- Eliminar acumulación digital. Limpia archivos, fotos y correos electrónicos que ya no te sirven.
Cada acción en el hogar representa un acto de soltar y abrir espacio para nuevas oportunidades. Una casa despejada refleja una mente más clara.
En el trabajo
- Cerrar tareas pendientes. Finaliza informes, proyectos o gestiones que llevan tiempo abiertos.
- Revisar documentos y archivos. Clasifica, archiva o elimina lo que ya no necesitas.
- Organizar el escritorio. Un entorno de trabajo ordenado mejora la concentración y reduce la tensión mental.
- Poner al día los correos electrónicos. Responde lo urgente y elimina lo innecesario.
- Revisar la planificación. Ajusta objetivos, elimina compromisos que no aportan valor y deja espacio para lo esencial.
- Reflexionar sobre el rumbo laboral. ¿Qué te motiva? ¿Qué te drena? Este es un buen momento para depurar también la dirección profesional.
La limpieza laboral en Luna Menguante ayuda a reducir el estrés y preparar la mente para un nuevo ciclo más productivo y equilibrado.
En el cuerpo físico
- Hacer un detox suave. Ingiere más frutas, verduras y líquidos naturales. Reduce procesados, café y alcohol.
- Ayunos intermitentes o ligeros. Permiten al cuerpo descansar y eliminar toxinas.
- Beber infusiones depurativas. Diente de león, ortiga, manzanilla o té verde ayudan al sistema digestivo y renal.
- Caminar o hacer ejercicio suave. Yoga, estiramientos o paseos lentos favorecen la circulación y el drenaje.
- Dormir más horas. El cuerpo se regenera más profundamente durante la fase menguante.
- Tomar baños con sal marina. Desintoxican y descargan energía densa.
El cuerpo, al igual que la luna, necesita descansar, vaciarse y recuperar su equilibrio antes de iniciar un nuevo ciclo.
En las emociones
- Practicar la escritura terapéutica. Anota lo que sientes sin censura; escribir es una forma de purificación emocional.
- Permitir el llanto o la tristeza. No retengas lo que pide salir; es una limpieza necesaria.
- Perdonar y soltar. Reconocer heridas, asumir responsabilidades y dejar de cargar culpas libera el alma.
- Revisar relaciones. Identifica cuáles te nutren y cuáles necesitas poner en pausa o cerrar.
- Practicar la gratitud. Agradecer lo vivido, incluso lo difícil, te alinea con la paz interior.
- Respirar conscientemente. Ejercicios de respiración profunda ayudan a disolver la ansiedad y el ruido mental.
En la energía y el plano espiritual
- Realizar rituales de limpieza energética. Baños con sal marina, velas blancas, inciensos o sonidos sagrados.
- Cortar lazos del pasado. Visualiza cómo liberas vínculos o pensamientos que te atan a situaciones antiguas.
- Meditar en silencio. La Luna Menguante potencia la conexión con la intuición y la voz interior.
- Agradecer y cerrar ciclos. Reconoce lo aprendido y libera lo que ya cumplió su propósito.
- Limpiar objetos personales. Piedras, joyas o herramientas energéticas también necesitan descarga y purificación.
- Revisar tus intenciones. Prepara el terreno para lo nuevo que llegará con la próxima Luna Nueva.
Esta es la etapa del ciclo lunar en la que más fácilmente podemos renovar nuestra energía espiritual y recuperar la sensación de ligereza y paz.
Cuidado personal y belleza
Cuando la energía baja, el cuerpo necesita atención suave. Es el momento perfecto para mimarse y cuidar la imagen personal desde un lugar consciente, no superficial.
Durante la Luna Menguante, los procesos de eliminación y reparación se potencian, por lo que es ideal para tratamientos que limpian, regeneran o fortalecen.
Cabello y cuero cabelludo
- Cortar el cabello para fortalecerlo. La energía menguante favorece la reparación de la raíz y el engrosamiento del pelo. Si lo cortas ahora, crecerá más fuerte y con más cuerpo.
- Aplicar mascarillas nutritivas o tratamientos anticaída. El cuero cabelludo asimila mejor los productos reparadores en esta fase.
- Masajear el cuero cabelludo. Favorece la circulación y la oxigenación capilar, ayudando al fortalecimiento desde la raíz.
El cabello refleja la vitalidad del cuerpo, y en este periodo la intención es reparar y nutrir, no acelerar su crecimiento.
Uñas y manos
- Cortar uñas para fortalecerlas. Crecerán más despacio, pero más resistentes y con mejor estructura.
- Aplicar aceites naturales. Aceite de ricino, almendra o argán son perfectos para hidratar cutículas y endurecer las uñas.
- Evitar tratamientos agresivos. Los esmaltes con químicos fuertes o la manicura excesiva pueden debilitarlas en esta etapa.
- Exfoliar y cuidar las manos. Una mezcla de azúcar y aceite de oliva dejará la piel suave y renovada.
Las manos son símbolo de dar y recibir; cuidarlas en Luna Menguante ayuda a cerrar ciclos desde la conciencia del autocuidado.
Piel y tratamientos cosméticos
- Exfoliar para eliminar impurezas. La piel responde mejor a la limpieza profunda en esta fase.
- Aplicar mascarillas purificantes. Arcilla verde, carbón activo o avena son excelentes opciones para limpiar y equilibrar.
- Hidratar en profundidad. Después de exfoliar, usa cremas o aceites que nutran la dermis sin saturarla.
- Descansar del maquillaje. Deja la piel libre para que respire y se regenere naturalmente.
- Revisar tu rutina facial. Sustituye productos agresivos por fórmulas naturales y conscientes.
La piel actúa como espejo del alma; cuanto más ligera la energía interior, más luminoso será el rostro.
El cuerpo se renueva mejor cuando se le da un respiro. En Luna Menguante, menos es más: todo lo que elimines o purifiques, tanto física como energéticamente, se transformará en ligereza.
Crecimiento personal y descanso interior
La Luna Menguante invita al silencio, la reflexión y la pausa.
Es un tiempo de repliegue consciente, donde la acción cede paso a la contemplación. Lo que no se ha dicho o no se ha resuelto puede encontrar ahora una salida más serena.
La mente se aquieta, el alma habla y la vida se ordena con menos ruido y más sentido.
Meditación y conexión interior
- Meditar en silencio. Dedica unos minutos al día para observar tus pensamientos sin juzgarlos; es la mejor forma de limpiar la mente.
- Practicar respiración consciente. Inspirar y exhalar lentamente ayuda a calmar el sistema nervioso y conectar con el presente.
- Usar música relajante o sonidos naturales. Suaves frecuencias o sonidos del agua favorecen la introspección.
- Encender una vela o incienso. Crea un pequeño altar o rincón de calma que simbolice tu espacio sagrado personal.
- Observar los sueños. Anótalos al despertar; durante esta fase, el subconsciente envía mensajes reveladores.
En Luna Menguante, meditar no es evadirse, sino ordenar el interior para recibir con claridad lo que vendrá.
Escritura y reflexión personal
- Escribir una carta de liberación. Puedes dirigirla a una persona, a una situación o a ti mismo, y luego quemarla o guardarla como cierre simbólico.
- Registrar pensamientos o emociones. Escribir lo que sientes ayuda a procesar y soltar lo que pesa.
- Revisar el mes que termina. Pregúntate qué funcionó, qué no, y qué enseñanza te deja este ciclo.
- Redefinir prioridades. Aclara tus intenciones antes de la próxima Luna Nueva; aún no es tiempo de actuar, pero sí de decidir hacia dónde quieres ir.
- Agradecer por lo vivido. Reconocer lo aprendido es una forma de descanso emocional.
La escritura es una herramienta poderosa para sanar, integrar y preparar el renacer interior que acompaña al siguiente ciclo lunar.
Introspección creativa
- Dibujar, pintar o bordar. Actividades manuales que relajan y conectan con la mente profunda.
- Cocinar despacio. La cocina consciente es una forma de meditación activa; transforma la rutina en acto creativo.
- Revisar fotos o recuerdos. Ordenarlos te ayuda a mirar tu historia con compasión y cerrar etapas.
- Escuchar música suave o leer. Estimula la imaginación y calma la mente.
- Practicar gratitud creativa. Crear un tablero o cuaderno de gratitud con imágenes y palabras inspiradoras.
La introspección creativa canaliza la energía menguante en algo productivo y restaurador, permitiendo que la mente se relaje y el alma se exprese.
Descanso consciente y renovación
- Dormir más horas. El cuerpo necesita regenerarse; no te culpes por necesitar más descanso.
- Reducir pantallas y estímulos. Evita la sobreinformación y crea espacios de silencio.
- Caminar en la naturaleza. Conecta con ritmos lentos y observa los ciclos naturales de cambio y descanso.
- Practicar rutinas de cierre diarias. Cenar temprano, apagar luces suaves y agradecer el día antes de dormir.
- Evitar decisiones impulsivas. Si algo te genera duda o confusión, espera; la claridad llega cuando el ruido se disipa.
El descanso en esta fase no es inactividad: es un acto de renovación profunda que prepara cuerpo, mente y espíritu para lo nuevo que está por germinar.
Cuidado de plantas y jardinería
La naturaleza también responde al ritmo de la Luna, y durante la fase menguante todo tiende a recogerse.
La savia de las plantas desciende hacia las raíces, la actividad de crecimiento se ralentiza y el ecosistema entra en una etapa de descanso y regeneración.
Por eso, este periodo es perfecto para realizar tareas de mantenimiento, limpieza y fortalecimiento, pero no para sembrar o trasplantar nuevas especies.
Poda y mantenimiento
- Podar ramas secas o enfermas. Al cortar durante la menguante, las heridas cicatrizan mejor y se evita un crecimiento excesivo.
- Eliminar malas hierbas. Se debilitan con mayor facilidad y tardan más en volver a brotar.
- Retirar hojas marchitas. Favorece la circulación del aire y la oxigenación de la planta.
- Aprovechar para limpiar herramientas. Mantener tijeras, macetas y utensilios en buen estado previene plagas y enfermedades.
- Reducir el riego. La tierra absorbe el agua más lentamente, por lo que es mejor regar con moderación.
Durante la Luna Menguante, menos es más: la clave está en cuidar y preservar, no en expandir.
Fortalecimiento del sistema radicular
- Aplicar abonos suaves o naturales. Compost maduro, humus de lombriz o infusiones de ortiga ayudan a reforzar las raíces sin forzar el crecimiento.
- Trasplantar con cuidado solo si es necesario. Las raíces se asientan mejor y sufren menos estrés durante esta fase.
- Comprobar el estado de las raíces. Si alguna planta se ve decaída, este es buen momento para revisar su base y eliminar partes dañadas.
- Acolchar el sustrato. Añadir una capa de hojas secas o corteza protege la humedad y nutre el suelo.
La energía menguante consolida lo que ya existe: fortalecer raíces simboliza profundizar en lo esencial y sostener lo que perdura.
Limpieza energética de plantas y espacios
- Rociar hojas con agua limpia o de lluvia. Es una forma de purificar y revitalizar su energía.
- Pasar las manos suavemente por las hojas. Las plantas sienten el contacto; hacerlo con intención amorosa renueva su vitalidad.
- Cambiar de lugar las macetas. A veces, solo mover una planta a un sitio más luminoso o tranquilo puede equilibrar su energía.
- Encender incienso o colocar cuarzos cerca. Ayuda a elevar la vibración del espacio donde viven las plantas.
- Agradecer su presencia. Las plantas absorben y transmutan energía; honrarlas crea armonía en el hogar.
Cuidar de las plantas durante la Luna Menguante es también una forma de sanar el propio campo energético, ya que todo lo vivo responde a la frecuencia del cuidado y la atención consciente.
Cuidado de las mascotas
Durante la Luna Menguante, los animales también reducen su nivel de actividad y buscan descanso.
Su sistema energético, al igual que el nuestro, se orienta hacia la depuración, el sosiego y la recuperación.
Por eso, este periodo es ideal para revisar su salud, mejorar rutinas y reforzar el vínculo afectivo desde la calma y la observación.
Bienestar y salud
- Revisar su estado físico general. Comprueba piel, pelaje, ojos y oídos. La energía menguante es favorable para detectar pequeños desequilibrios antes de que se agraven.
- Realizar limpiezas o tratamientos preventivos. Baños antiparasitarios, cepillados o tratamientos naturales de desintoxicación son más eficaces en esta fase.
- Cuidar la alimentación. Ofréceles comidas más ligeras o revisa la calidad de su dieta. Es buen momento para reducir premios o ajustar porciones.
- Programar descansos. Si tu mascota es muy activa, conviene bajar el ritmo y dejar espacio para el reposo.
- Favorecer tratamientos o intervenciones médicas si son necesarias.
Durante la Luna Menguante, el cuerpo —humano o animal— se encuentra en un estado natural de drenaje, purificación y eliminación, por lo que tradicionalmente se considera una fase propicia para operaciones, limpiezas o procedimientos médicos o veterinarios, ya que el organismo tiende a sangrar menos y a recuperarse con mayor rapidez y estabilidad.
En Luna Menguante, el cuerpo animal —igual que el humano— se centra en depurar y equilibrar, no en absorber o regenerar.
📖 Sabías que…
La relación entre las fases lunares y los procesos de curación proviene de la agricultura biodinámica y de la veterinaria holística, dos corrientes que observan cómo los ritmos naturales influyen en el comportamiento de los seres vivos.
En estos enfoques se considera que durante la Luna Creciente y Llena, los tejidos retienen más líquidos y la circulación es más intensa, lo que puede generar inflamaciones o sangrados más abundantes.
En cambio, durante la Luna Menguante, el cuerpo entra en una fase de contracción y depuración, lo que facilita la cicatrización y la recuperación tras intervenciones o tratamientos.
Aunque la medicina convencional no respalda científicamente esta relación, muchas prácticas naturales y veterinarios integrativos la aplican con resultados favorables. En los Secretos de Lilith, la interpretamos como una guía energética para acompañar los cuidados físicos desde una conexión más profunda con los ritmos de la naturaleza.
Cuidado del pelaje y la higiene
- Cepillar con frecuencia. Ayuda a eliminar pelo muerto y mejora la circulación sanguínea.
- Bañar con agua templada. Ideal para limpiar profundamente sin agotar al animal; añade unas gotas de aceite de lavanda si es posible (siempre consultando con el veterinario).
- Cortar el pelo o las uñas. Al igual que en nosotros, el crecimiento se ralentiza, lo que ayuda a mantener el corte durante más tiempo.
- Lavar camas, mantas y juguetes. Elimina olores, ácaros y energía densa acumulada.
- Revisar el entorno. Ventila y limpia su zona de descanso para renovar el aire y reducir estrés.
La limpieza física de tus mascotas también es limpieza energética: les permite descansar mejor y mantener su vitalidad equilibrada.
Vínculo emocional y comportamiento
- Pasar más tiempo tranquilo juntos. Menos actividad, más contacto y cariño. Las caricias y el juego suave fortalecen el lazo afectivo.
- Observar su conducta. Los animales reflejan nuestra energía; si están más sensibles, puede ser eco de tu propio proceso interior.
- Evitar ruidos fuertes o ambientes agitados. Su sensibilidad aumenta, por lo que agradecen entornos calmados y predecibles.
- Trabajar la confianza. Las sesiones de adiestramiento o vínculo emocional son más efectivas cuando se hacen con paciencia y suavidad.
- Agradecer su compañía. Hablarles, mirarles a los ojos y reconocer su presencia crea armonía energética entre ambos.
Las mascotas son espejos vivos de nuestra energía. Cuidarlas en la Luna Menguante es una forma de cuidar también el propio equilibrio emocional y espiritual.
Para concluir esta guía, una pequeña reflexión:
La Luna Menguante nos recuerda que soltar no es perder, sino dar espacio a lo nuevo.
Cada limpieza, cada pausa, cada acto de cuidado o introspección forma parte de un mismo proceso: el arte de depurar para renacer.
En la naturaleza todo descansa antes de volver a brotar, y nosotros también necesitamos esos tiempos de silencio, de orden y de agradecimiento.
Que esta guía te inspire a vivir tus propios cierres con serenidad, a honrar los ciclos de la vida y a recibir la próxima Luna Nueva con el corazón despejado y ligero.

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Lilian Rodríguez
Astróloga, escritora, investigadora y divulgadora especializada en la integración de los lenguajes simbólicos del cielo con la experiencia humana. Creadora de Los Secretos de Lilith, un espacio dedicado al estudio de la astrología desde una perspectiva tradicional, psicológica, evolutiva y espiritual, donde explora el vínculo entre los ciclos planetarios y los procesos de transformación personal.

